viernes, 17 de julio de 2009

EL COLEGIO BETHLEMITA AGONIZA EN SU HISTORIA

El Colegio Bethlemita
Agoniza en su orfandad
Necesitamos amigos,
Levantarle la moral.

Ciento dos años de historia
En la linda Zapatoca
No se puede, por la inercia,
Que se pierda en la memoria.

Los zapatocas levíticos
Raza de grandes señores
Es hora que despertemos
Del silencio de la noche..

Hoy el Colegio requiere
Que sus hijos bethlemitas
Le ayude a seguir viviendo
En la hermosa y grande Villa.

Muy pocos alumnos hay
En sus aulas escolares
Por eso hoy abre sus puertas
Hacia los otros lugares.

Muchos, aquí en esta Villa
Pensando, pensando están
En convertir hoy sus casas
En gran vivienda escolar
Que bueno sería entonces
Que nuestra gente querida
Pudiera obtener recursos
Dando a estudiantes comida.

Sería así una gran reforma
Para fomentar empleo
Y al mismo tiempo se evita
Que se cierre el betlemita.

Dónde están los exalumnos
Que emigraron de sus aulas?
Es hora que regresemos
Con los hijos y sin falta.

De no hacerlo, mis amigos
Sus puertas serán cerradas
Y mañana lloraremos
Sobre la historia quebrada.

Zapatoca, la de antaño
Se gloriaba con sus hijos
Estudiantes bulliciosos
La alegraban con sus gritos.

Recordemos medio siglo
Muchos colegios había
Presentación, Apostólica
Salesiano y Bethlemitas.

Si no nos unimos todos
A luchar por el que queda
La nostalgia de sus claustros
Nos envuelve como arena.

No permitamos ahora
Que sólo nos queda uno
Pues en el devenir de la historia
El nuevo, es el Instituto.

Por eso, amigos levíticos
Todos debemos luchar
Para hacer que el Bethlemita
Siga su marcha triunfal.

S.O.S. POR ZAPATOCA

“EL PUENTE ESTÁ QUEBRADO, ¿CON QUÉ LO CURAREMOS?:
El paso de los años y el cansancio en la travesía por el camino de la vida, nos está llevando a que seamos los responsables ante la historia, al permitir que se apague la única luz, que por ciento dos (102) años ha permanecido incólume iluminando el camino a tantas generaciones que han pasado por sus aulas.

Los quijotes zapatocas que andan por el mundo luchando contra viento y marea por sí mismos y por sus hijos, se deben levantar ahora contra los molinos de viento de la historia, que tratan de no dejar pasar el agua para calmar la sed de las nuevas generaciones, ávidas de beber de la fuente de la vida, el néctar de la ciencia del amor, de los principios y valores, semillas que por tantos años han esparcido las Hermanas Bethlemitas en la Ciudad Levítica. Son 102 años de historia, que han dejado en el ambiente el cálido aroma de la inocencia de tantas generaciones que han pasado por sus claustros.

Zapatoca, la del Clima de Seda, la que tanto honor y gloria le ha dado a Colombia y al mundo, no puede quedarse rezagada en el sendero, como aquellas mulas viejas que se desploman en el camino debido al cansancio de la vida. NO, amigos, inyectémosle vida a nuestro colegio, que muere de sed, para que siga iluminando mentes y forjando corazones, lema, con el que celebró, en el 2007, sus 100 años de historia.

No debemos ser pasivos ante la difícil situación que atraviesa el Colegio: durante años se venía acumulando un déficit presupuestal, que ha venido a lesionar los intereses de una comunidad ávida de conocimientos, menoscabando la tranquilidad de las gentes ante la posibilidad de echar por tierra toda una historia, que a pesar de los avatares de la vida, se ha mantenido firme a través de los años. La continuidad del Colegio depende de la voluntad, no solamente de los exalumnos, ya que el patrimonio histórico de un pueblo no es sólo de unos pocos, sino de toda una comunidad. Y exalumno no es sólo el que recibió el título de bachiller o la que se graduó como “Experta en Comercio”, en los primeros años; NO, exalumno es el que pisó sus aulas, así hubiera sido un solo grado.

Se conformó un Comité, con la coordinación del padre Juvenal Landínez, que se encargará de aunar esfuerzos en la consecución de planteamientos e ideas que hagan viable la continuidad del Colegio; por el momento se establecerá una cuenta, en una banco de cobertura nacional, para que todo el que desee colaborar en esta titánica lucha, pueda depositar su granito de arena, para que este barco, que tantas travesías ha realizado en el mar de la vida, no se vaya a pique. (Próximamente les informaré del número respectivo).

Ahora es cuando debemos demostrar el verdadero amor por la tierra que nos vio nacer, que nos dio la vida, por la tierra donde se educaron nuestros hijos, la que encierra los recuerdos de un glorioso pasado y la que un día, talvez no muy lejano, recogerá nuestras cenizas. Amigos y amigas, con urgencia, Zapatoca nos necesita, el Colegio de nuestros recuerdos y añoranzas espera nuestra sinceridad y nuestro afecto; es hora de demostrarnos a nosotros mismos que somos gente verraca y que como, verdaderos santandereanos, “siempre adelante, ni un paso atrás”, Seguiremos en contacto para informarles de todas las decisiones que se tomarán y puedan ustedes, amigos y amigas, mantenerse al día en la marcha de esta difícil situación.
Gracias amigos y amigas, que Dios los bendiga.

domingo, 12 de julio de 2009

ORIGEN DEL APELLIDO PINILLA

“Páginas de historia colombiana”, Carlos Arturo Diaz

El apellido PINILLA, cuyo tronco colombiano fue Girón y después Zapatoca, es de origen judío. Pertenece a la familia de los sefarditas que fueron los judíos más ilustrados y más sabios que se establecieron en España y luego, ante las persecuciones religiosas de que fueron víctimas, unos abjuraron su fe y otros se desterraron a los países de Europa Central.

Cuando los dos reinos de Judá y de Israel se fraccionaron, quedaron los judíos sometidos al poder de los persas, luego al de Alejandro y por último, al de Roma. Dispersos por el mundo a partir del año 70 D.C., algunos judíos se instalan en España, y en el siglo III principia la era de intolerancia y persecución religiosa contra ellos, porque en el Concilio celebrado en la Iliberis, hoy Granada, se fulminaron los primeros anatemas contra los que practicaban la Ley de Moisés.

El emperador Heraclio fue el primero que decretó la expulsión de los que no se bautizaran, por lo cual muchos emigraron de España. Solamente un prelado alzó su voz en defensa de los perseguidos, que fue San Isidoro de Sevilla. Vino luego el período de la dominación musulmana, durante el cual los judíos vivieron en paz, amigos de los árabes, pueblo que dio en España la más alta muestra de tolerancia religiosa, respetando las creencias de todos sus habitantes y fue entonces cuando floreció en su más alto grado el espíritu y la inteligencia de los sefarditas, sacando al pueblo español de la barbarie en que entonces había vivido, progreso que culminó en la célebre Universidad de Córdoba.

Puede afirmarse, sin lugar a dudas, que en Colombia, el origen de los apellidos es del 80% de ascendencia judía, sobretodo entre los santandereanos: los Luna, Mendoza, Méndez, Villabona, Plata, Serrano, Sánchez, Cabrera. Gutiérrez, Rojas, Valencia, López, Heredia y Núñez, entre otros, tienen sus raíces en la nación judía que inicialmente se asentó en España.

Los PINILLA se establecieron inicialmente en Girón y luego pasaron a Zapatoca de donde se esparcieron por Cundinamarca, Boyacá, Tolima y otras poblaciones de la República. Según el historiador Schemuel , los Pinillas descienden de Pinjs, Minsjilla, hijo de Eleazar, nieto de Aarón y sumo sacerdote. Su nieto Pinjs Pinsjilla, fue el menor de los hijos del sacerdote Eñis, que cayó en la batalla de los filisteos, y así llegaron, según Flavio Josefo hasta Pinjs, Ben Samuel, último sacerdote de Jerusalén desde Aarón, elegido por el partido revolucionario en el año 67 a.de J.C. y a la dispersión de los judíos emigró a España.

En el siglo IV el apellido comienza a cambiar y se llama más claramente Pinjas Pinysnilla y así se firma Ben Fair tonita, colega del Rabí de Judá. Este apellido Pinjas Pinysnilla es nombre bíblico muy frecuente entre los judíos, que tiene también las formas de Pinkas, Píneas, Pinch y por último PINILLA y que significa hombre de tez pálida, cobriza y manchada, o sea llena de pecas.

El apellido PINILLA es muy diferente del Pinillos que existió en Mompóx, aunque también es de ascendencia judía. Uno de los fundadores de Zapatoca, don Ignacio de la Pinilla y González, era hijo del español, Ignacio de la Pinilla, quien fue muy amigo del padre Dominico Froilán Sánchez quien fue el confesor de Carlos II, el Hechizado. Tenía parentesco lejano con la familia Valenzuela, cuando estos eran grandes de España y llevaban el título de Condes de Lobera, porque descendía de un hijo del Rey Don Pedro el Cruel, quien fue hijo de Alfonso VI. Al padre Froilán Sánchez le siguió la Inquisición un proceso por los hechizamientos del rey. Entre los testigos citados por el dominico estaban Don Ignacio de la Pinilla y el Sr. de Valenzuela, quienes valientemente, despreciando las amenazas comparecieron al Tribunal. Este acto de leal y fiel amistad les valió una sentencia de extrañamiento por el término de 20 años, dándoles a escoger para sus residencias, dos ciudades de América: el Cuzco o Girón, se establecieron en esta última, que era por entonces población muy importante por sus minas de oro. De allí salió Don Ignacio a fundar a Zapatoca con su hijo Ignacio de la Pinilla y González, hijo que tuvo del matrimonio con Rosa González, hija de españoles.

Al tiempo de la fundación de la ciudad, a don Ignacio de la Pinilla se le repartió un solar en la cuadra fronteriza mirando hacia la fachada de la que después, en aquel tiempo fue Casa Cural, propiedad que fue luego de don Juan Cleto Plata, heredada por su hijo don Mariano Ezequiel Plata y luego por su hija Ana Dolores Plata, quien posteriormente la donó a la comunidad de la Presentación.

Don Ignacio de la Pinilla y González casó en Zapatoca con Ángela de Rueda, de cuyo enlace hubo los siguientes hijos, ya con apellidos PINILLA RUEDA: Bárbara Manuela, Juan Ramón Tomás, María Manuela, Miguel Vicente, María Rosalía y Luis Fernando. Don Ignacio de la Pinilla falleció en Zapatoca el lº de julio de 1784.

Los hijos de este matrimonio PINILLA RUEDA, casaron a su vez: doña Bárbara con Rafael José Plata y Serrano, descendencia PLATA PINILLA; Juan Ramón casó con Bárbara Serrano García, descendencia PINILLA SERRANO; María Manuela casó con Antonio Julián de Rueda, descendencia RUEDA PINILLA; María Manuela enviuda y se casa posteriormente con Pedro Mauricio Plata, descendencia PLATA PINILLA. Don Miguel Vicente casa con Hipólita Serrano García, descendencia PINILLA SERRANO; María Rosalía, casa con Vicente José Rueda Serrano, descendencia RUEDA PINILLA: Luis Fernando casa con Bárbara Prada, descendencia PINILLA PRADA.

Estos son los orígenes de este ilustre apellido, entre cuyos descendientes se han contado varones preclaros y eminentes que sirvieron a la República; entre ellos, el Dr. Florentino Vesga Pinilla, fundador del Diario de Cundinamarca, filósofo y naturista. El coronel, José Miguel Pinilla, muerto en la guerra de 1860. El Coronel Antonio María Diaz Pinilla, veterano de la guardia colombiana, muerto en la guerra de 1876, y padre de la ilustre santandereana, Margarita Diaz Otero. El padre jesuita, Antonio María Pinilla, humanista, teólogo y escritor. Don Ramón Vesga Pinilla, padre del prestigioso abogado santandereano Gerardo Vesga Tristancho, y otros más.

LA DUQUESA DE ALBA Y SUS MARIDOS

El final del ardiente verano español se vio exaltado con un chisme sorprendente: “La octogenaria Duquesa de Alba se casa por tercera vez con un hombre que podría ser su hijo o su nieto”. El rumor corrió como pólvora porque la implicada no era una veterana más, con un novio joven. Se trataba, ni más ni menos, que una de las mujeres más ricas de Europa, una especie de reliquia viviente de España y la dueña del record de la persona con más títulos nobiliarios del mundo, todos auténticos: seis veces Duquesa, 18 veces Marquesa y posee otros 72 pergaminos de Condesa, Condesa-Duquesa, Vizcondesa y Señora, además de ser 14 veces Grande de España, dignidad que le sigue a la de Infante, que sólo merecen los hijos del Rey. En los medios de la nobleza resultaba ridículo, debido no solo a la edad, sino a los achaques físicos de Cayetana Fitz-James Stuart, como se llama la noble, quien habla y camina con dificultad, y cuya salud mental se dice que es buena, pero tiene momentos en que se queda en blanco.

resulta que la ilustre señora también es célebre por el desdén y la irreverencia con que se toma su alta posición social y por los escándalos, como el que protagonizó con su fallida boda, reflejos de una mujer dada a los castizo y popular, y con un fogosa vida sexual a sus años, de la cual no tiene reparos en hablar: “Yo siempre fui una chica alegre y divertida, con mucho éxito con los hombres y tenía varios romances a la vez”, comentó a la revista Diez Minutos hace unos años, al recordar su juventud.

Fruto de su eterna cotequetería es el noviazgo con Alfonso Diez, un funcionario público y anticuario de 57 años, a quien conoció hace 30 años por intermedio de su fallecido segundo marido, el erudito Jesús Aguirre. Al develarse la proyectada boda, la Casa de Alba (léase los hijos de la Duquesa) expidió un comunicado desde el Palacio de Liria, la sede ducal en Madrid, desmintiendo la noticia y explicando que a la aristocrática y a Diez sólo los une una “entrañaba amistad”. Sin embargo, voluntariosa como siempre, la Duquesa rompió con su distancia de las revistas del corazón y le dio una entrevista a ¡Hola!, en una especie de conjuro de esa “hipocresía de su casta” que siempre ha combatido. “Es cierto que tuve la idea de casarme, los dos la tuvimos llenos de ilusión”, dijo, y reveló que el comunicado de prensa negando la boda fue una decisión de sus seis hijos y el cura que se negó a casarla, sin su consentimiento. Una arbitrariedad que a la postre termino por disuadirla de sus deseos de volver al altar. “Me volví atrás por mis hijos, vi que todo iba a resultar muy complicado”, afirmó, recalcando la incomprensión de sus herederos, quienes son acusados por la alta sociedad española de tener abandonada a su madre.

“Yo me siento muy sola desde la muerte de Jesús y me fui interesando por Alfonso”, reveló, al hablar por primera vez de esa relación de vieja data y que la pareja fue muy hábil en mantener en secreto hasta ahora. Al parecer, Diez se enamoró de Cayetana desde que la conoció hace tres décadas, hasta que no pudo contenerse: “Al principio, cuando me lo dijo, creí que estaba loco, después me impactó: una cosa así llena de orgullo a cualquier mujer”, señaló la linajuda anciana. Un orgullo por lo que los hijos de la Duquesa no dan un peso, pues sospechan que el novio lo que persigue es una tajada de la enorme fortuna de la aristocrática, superior en obras de arte a la de la reina Isabel II, de Inglaterra. Al respecto, ella lo defendió: “Alfonso no es un interesado, tiene su trabajo y está dispuesto firmar un documento diciendo que no necesita nada de la Casa de Alba, sólo a la persona que lleva los títulos”.

¿Es realmente Diez un caza fortunas?: para Carmen Tello, la mejor amiga de la Duquesa, es enfática en señalar que sí lo es. Sin embargo, hay quienes lo niegan, como el magazín Está Pasando, según el cual, además de atractivo, él tiene una inmejorable situación económica, gracias a que es dueño de una empresa de relaciones públicas y un almacén de antigüedades en Madrid. En todo caso, Alfonso ha sido el mejor aliciente en la vejez de la Duquesa, para quien, dicen sus allegados, tiene halagos, como “siempre te he visto como una diosa”. Pese al enlace frustrado, la relación entre los dos tórtolos siguió, para encono de esta aristocracia que siempre le ha criticado a Cayetana su rebeldía, como ella misma lo sabe: “No me perdonan que haya sido tan feliz en la vida”.

UN ENCUENTRO REAL:

La mañana del 2 de julio de 2008, cuando el termómetro marcaba 30 grados centígrados, el político caleño, Francisco José Lloreda le presentó a la reina Beatriz de Holanda sus credenciales como nuevo embajador de Colombia, ante los Países Bajos. La ceremonia protocolaria comenzó a las 9.45 a.m, de ese día, cuando dos carrozas reales llegaron hasta la sede de la embajada, en La Haya, para recoger al diplomático y a su esposa, María Cecilia Cabal.

El recorrido en las carrozas, desde la embajada de Colombia, hasta el palacio Noordeinde, una construcción de estilo renacentista que es el lugar de trabajo de la soberana holandesa, duró 10 minutos. En la primera viajaron el embajador, su esposa y el marshall de la reina. En la segunda, los funcionarios de la delegación diplomática y el cónsul de Colombia en Ámsterdam, quien comentó que la era “pequeña y sencilla, forrada en terciopelo rojo por dentro, lo cual aumentó el calor que sintió ese día”.

Al llegar al palacio la comitiva tuvo que esperar dentro de los vehículos más de 10 minutos, porque se había retrasado la ceremonia de presentación de credenciales del embajador del Líbano; después el grupo ingresó a Noordeinde por una alfombra roja. El embajador entró primero, unos pasos atrás y a la derecha, iba su esposa, y a la izquierda el marshall. Los otros diplomáticos los seguían en fila, mientras la banda real tocaba el Himno Nacional de Colombia; Lloreda la comentó a CARAS que “escuchar el Himno en un palacio real, es como uno se enorgullece de ser colombiano”.

Encuentro con la soberana: El grupo fue recibido por el jefe de protocolo; luego todos los diplomáticos, salvo la esposa del embajador, fueron escoltados a un salón del segundo piso, en el que aguardaba la reina Beatriz, quien se encontraba acompañada por el ministro de Relaciones Exteriores para Europa, Frans Timmermans. El diplomático le entregó dos sobres con las cartas de acreditación, escritas en español y presentó a los miembros de su equipo de trabajo. Durante la mitad de los 45 minutos que duró la audiencia, el tema de conversación fue Colombia. “Me impresionó el que la Reina está muy bien enterada de los asuntos con nuestro país. Hablamos del orden público, de los procesos de paz y de apoyo comercial”, le dijo Lloreda a CARAS. Al finalizar la charla, María Cecilia Cabal fue invitada a unirse al grupo y compartieron café, té y galletas, que ofreció la Reina.

A la salida, la banda volvió a tocar música del país, tras lo cual el grupo de colombianos fue conducido de nuevo en los carruajes a la sede de la embajada. Después de la ceremonia no hubo celebración; todos llegaron a sus oficinas a trabajar, porque el embajador viajó muy temprano el día siguiente a Colombia.

LAS CIRUGÍAS DE LA PRINCESA LETIZIA

El paso de la Princesa Letizia por el quirófano para embellecerse, puso patas arriba a España; la histeria colectiva se alborotó más cuando el incisivo periodista Jaime Peñafiel dijo que ella nos sólo se operó la nariz, como lo dijo la Casa Real, sino además el mentón y los senos. Lo cierto es que la transformación de la esposa del príncipe Felipe de Borbón, heredero del trono, salta a la vista y puso a opinar a todo el mundo. No hay que olvidar que desde que se convirtió en la futura Reina de España, la primera en la historia, de origen plebeyo, Letizia Ortiz de Rocasolano, es el foco de un obsesión: los mínimos detalles de su imagen son noticia cada semana, pero el tema de las cirugías rebasó los límites.

¿En qué circunstancias se dio tan sorprendente vuelco de imagen?; la Princesa lució por última vez su físico original en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín, junto a su esposo. Ella se devolvió a España dos días antes que él y se internó en el Hospital Ruber Internacional, para ser operada por el prestigioso doctor Antonio de la Fuente.

La Casa Real expidió entonces un comunicado informando que, por recomendaciones médicas, la Princesa de Asturias se había sometido a una septorrinoplastia para corregir una desviación del tabique nasal, que desde niña le produjo problemas respiratorios. Pero nadie se creyó el cuento de que fue al quirófano sólo por motivos de salud. Al analizar con lupa los primeros planos del rostro de Letizia, los medios notaron los demás cambios y el escándalo fue creciendo. ¿Y de los senos, qué?: Jaime Peñafiel recordó que la Princesa siempre confundió a la gente, pues sus pechos un día se veían muy pequeños, casi planos, y al día siguiente más grandes, gracias a un brasier mágico al que ya no tendrá que recurrir, pues el Doctor De La Fuente, asegura el periodista, le hizo implantes mamarios para aumentar sus encantos, todo en beneficio de su autoestima, un aspecto de la personalidad que ella, aún con una corona y un verdadero Príncipe a sus pies, también necesitó fortalecerse con la varita mágica de un bisturí.

SOFIA DE ESPAÑA SE CONFIESA

Por primera vez, en tres décadas de reinado y con motivo de sus 70 años, la esposa del Rey de España, Sofía Schleswig-Holstein Sonderburg-Glücksburg,
Princesa de Grecia y Dinamarca, quien nació el 2 de noviembre de 1938 en Atenas, Grecia, rompió el protocolo para opinar en público y hablar de sus intimidades, sus tragedias y sus gustos más mundanos; la consorte del rey Juan Carlos I, nunca había abordado su vida íntima con la sinceridad que caracteriza su nueva biografía autorizada: Doña Sofía, escrita por los periodistas Carmen Enríquez y Emilio Oliva; con los 70 años que acaba de cumplir y casi 33 de su reinado con fama de ejemplar, doña Sofía se ha permitido la licencia de no ser tan diplomática para contar esos detalles de su dimensión humanitaria, que los españoles siempre quisieron conocer.

Así, por primera vez, se atrevió a hablar de su nuera, la princesa Letizia, Princesa de Asturias, quien algún día la sucederá como Reina Consorte de España: “Leticia es muy, muy inteligente y sabe perfectamente lo que tiene que hacer”, dice, y confirma la estrecha cercanía que las une desde que la ex periodista de Televisión Española entró a la Familia Real, en el 2004; la Reina manifiesta que las dos se ayudan mucho y que se beneficia de sus opiniones, porque ofrecen un punto de vista diferente, “que viene de fuera de nuestro propio círculo”. Como se recuerda, Letizia es la primera plebeya que se sentará en el trono real y eso todavía suscita comentarios adversos por parte de los sectores ulltraconservadores. A ellos, en la declaración más explosiva, la Reina les envía un mensaje: “Quienes critican el matrimonio de un príncipe con una periodista, tienen una forma muy antigua de pensar; es bueno que nos abramos”

Resulta muy diciente oír hablar así a una reina que, al contrario de otras de su rango, no tiene ni una gota de sangre plebeya. De hecho, es la última reina de sangre real en Europa, ya que todos sus antepasados ocuparon un trono. Es bisnieta de un emperador, Guillermo de Alemania y sus raíces se hunden en las dinastías reales de Inglaterra, -por la reina Victoria-, Dinamarca, Grecia y la Rusia de los zares. Por su linaje danés, la Reina aportó a la realeza española el sentido de familia unida y la adopción de las costumbres sencillas; cuando no está en sus funciones reales, algunas veces va con el Rey al teatro, porque les encanta el anonimato de las salas oscuras; es una mujer muy culta, lee varios libros a la vez, asiste a concursos libres de historia, filosofía y música clásica en distintas universidades.

Por primera vez, la Reina destapó sus difíciles primeros años en España: a comienzos de los años 60, la monarquía estaba destronada y ella, doña Sofía, como normalmente se le conoce, y quien de 23 años llegó al país, como la esposa de Juan Carlos de Borbón, entonces presunto heredero real. La burguesía cerrada del régimen del dictador Francisco Franco, la llamaba despectivamente “la hereje” o “la griega” y se escandalizó cuando ella quiso ser voluntaria en los hospitales.

“No me dejaron”, exclama la Reina, aterrada todavía porque ya para entonces ella era una mujer de mentalidad cosmopolita, que había vivido en Egipto, Sudáfrica y otros países, debido a las tempestades políticas que afrontó su padre, el rey Pablo de Grecia. Sin embargo, ella no se dejó intimidar y resolvió entonces que su papel era contribuir a que su marido dejase de ser ignorado por Franco y sus acólitos, y para favorecer su ascenso al trono, en 1976, se volvió tan española, como la que más: aprendió a vestir la mantilla, insignia femenina hispana, y se volvió una princesa cercana a la gente, a tal forma, que su temple fue fundamental en el fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1980, cuando el monarca estuvo a punto de caer. Así lo narró el mismo Juan Carlos al aristócrata José Luís de Villalonga: “Aquella noche, doña Sofía fue el alma de la Zarzuela (el palacio); su calma y su serenidad causaron admiración, se ocupó de todo y de todos; siempre hago caso de las intuiciones de la Reina, porque además de ser intuitiva, es una mujer que reflexiona”.

REYES, REINAS Y PALACIOS

Revista “Caras”
LA CRISIS ECONÓMICA GOLPEA A LA REALEZA:

Los partidarios de la abolición de la monarquía en Gran Bretaña se llenaron de más motivos para tachar de codiciosa y parásita a la Familia Real, cuyo fastuoso tren de gastos de 35 millones de libras esterlinas anuales, sale del bolsillo de los contribuyentes. La nueva andanada de ataques se suscitó porque, en pleno estallido de la crisis financiera mundial, la reina Isabel II solicitó un incremento de 7.9 millones de libras esterlinas que el poder legislativo le da anualmente a la monarquía para el sostenimiento de sus palacios y sus funciones.

“No hay plata”, fue la respuesta del primer ministro, lo cual la Reina fue notificada de que tendrá que apretarse los cinturones, como deberán hacerlo sus súbditos ante las sombrías perspectivas de la economía. Pero la negativa no atajó las críticas, ya que la propia realeza ha enviado mensajes poco convincentes de su deseo de mostrarse austera ante la crisis. Por esos mismos días, se supo que Isabel II sigue empeñada en adquirir un jet privado por siete millones de libras. La mala prensa arreció cuando se supo que su heredero, el Príncipe Carlos, hará a finales de octubre (2008) una visita de Estado a Japón, Brunei e Indonesia , en compañía de su esposa Camila y un séquito de 15 personas, que le costarán al Fisco unas 500 mil libras.

Por todo esto, la Reina ha sido tildada de codiciosa y alcahueta de los derroches de sus hijos, primos y otros parientes que viven a costillas de ella. Codiciosa, por atreverse a pedir plata cuando podría cubrir el déficit de los gastos de sus palacios con su fortuna, avaluada en diez mil millones de euros, según El País de Madrid. Pero la Reina nunca pierde: así lo dan a entender documentos oficiales desclasificados hace poco, según los cuales, por acuerdos secretos con el Tesorero, la monarca se ahorró 20 millones de libras en impuestos que debía pagar, tras recibir la herencia de su madre Isabel.

La Reina, además, defiende con celo el derecho de su familia a ser subvencionada por el Fisco, por el sólo hecho de llevar la sangre real. Hace unos años, el Parlamento decidió sacar de la nómina de beneficiarios de la Lista Civil a sus hijos, primos y a su tía Alicia y dejarla sólo a ella y a su esposo, el Príncipe Felipe, pero, en una astuta maniobra, Isabel, no solo mantuvo los privilegios de sus parientes, sino que además, sacó provecho: en efecto, la Reina hoy le devuelve al Tesoro lo que reciben sus parientes, pero gracias a ese reembolso se ahorra el 40% en su declaración de renta, es decir, unas 536 mil libras anuales.

Si bien a Isabel II se le conoce como austera y hasta tacaña, sus críticos dicen que no le pone freno a la vida ostentosa de sus familiares, comenzando por el propio Carlos; su círculo personal consta de 17 personas, entre ellas uno a quien el Príncipe le paga 100 mil libras anuales, (unos 390 millones de pesos) sólo por deberes simples, como poner el dentífrico en su cepillo de dientes; el año pasado gastó 325 mil libras en el alquiler de un lujoso yate por el Caribe; otras 614 en vuelos charter a Irak y Pakistán, y 40 mil en flores, con la diferencia de que él no depende de la Lista Civil, sino de las fabulosas ganancias del Ducado de Cornwall, creado en el siglo XIV para sostener al heredero de la Corona. Sus más de 54 mil hectáreas le han reportado más de 271 millones de libras desde el 2001, con las cuales dicen los británicos de a pie, podrían aliviar los apuros de la Reina, una insignificancia para esa inmensa fortuna que se niega a tocar, siguiendo al pie de la letra un refrán muy apreciado por su linaje: “Vigila tus centavos, que los millones se cuidan solos”.

Las tres fiestas de Carlos: Pese a los temores de recesión, la realeza festejó los 60 años del heredero de la Corona con tres fastuosas cerebraciones: la primera, con fines benéficos, consistió en un show de comedia, diversión favorita de Carlos, y tuvo como protagonista al actor Robin Willaims.

El 13 de noviembre, la Reina ofreció un banquete de Estado para 170 invitados al que asistieron el Primer Ministro, la realeza europea y lo más granado de la sociedad británica.
El 14, día del cumpleaños de Carlos, el Príncipe prefirió pasarlo en familia, pero el 15, su esposa Camila le dio una cena bailable, en su residencia campestre de Higrove, y con 75 invitados: grupos de presión, como la Alianza de los Contribuyentes protestaron por tan caros ágapes.

EN LA CASA DE LA EMBAJADA, EN ESPAÑA, RONDA UN FANTASMA.

Revista Jet Set.

Hace pocos días, el embajador de Colombia en España, Carlos Rodado Noriega, vivió una experiencia muy curiosa en la residencia de la Embajada. “Cuando iba de camino al baño, ví cómo se prendía la luz. Pensé que mi esposa la había encendido, que estaba allí y le dije: “hola, mi amor”, pero nada respondió; la llamé nuevamente y nada; bajé un piso, y me la encontré en la planta baja; relaté lo que me había pasado, ella me contestó que no había prendido ninguna luz, y fue entonces cuando nos contaron el cuento del supuesto fantasma que hay en esta casa”, le dijo a JET-SET desde Madrid.

¿Fantasma?, Sí, claro. Y la historia es viejísima. Carlos Rodado, que llegó a la capital española el 14 de mayo y que una semana después presentó credenciales ante el rey Juan Carlos, no es el primer embajador que se sorprende con las cosas raras que allí ocurren, desde hace más de medio siglo, un palacete del siglo XIX, donde dicen que por las noches ha aparecido una misteriosa mujer de pelo largo, se ha oído extraños golpes en las escaleras y se han descolgado algunos cuadros de la sala, como por arte de magia.

Noemí Sanín, la antecesora de Rodado, escuchó versiones semejantes. Una mañana, una muy respetable señora colombiana, agnóstica para más señas, y que se alojaba en la casa, a la hora del desayuno le preguntó quién era la mujer de pelo largo que también era huésped de la Embajada a la que había visto caminar rumbo al baño, a la una y media de la madrugada. Noemí, asombrada, le respondió que eso era imposible, por una razón sencillísima: no había más huéspedes en la residencia. Los que estaban allí quedaron boquiabiertos.

En otra ocasión, también en tiempos de Noemí, pasó algo inusual. “Un día vimos que se había caído al piso, uno de los cuadros que habíamos colgado en la sala. Fuimos a ver, y la puntilla no se había zafado, sino que se había roto. Lo curioso es que podía resistir un peso hasta de 150 kilos y la pintura no pesaba más de 40”, le dijo a JET-SET el administrador de la residencia, Jesús Clavijo, Chucho, como se le conoce, quien lleva 28 años en el cargo y es considerado como una auténtica institución de la Embajada.

Otros cuadros han sufrido igual suerte. “Cuando era embajador el doctor Ramiro Andrade Terán, compró dos cuadros del famoso pintor catalán Antoni Tápies, uno para él y el otro para la Embajada. Lo raro fue, que al día siguiente de haberlos colgado, ser vinieron abajo”, recuerda Chucho, que cuenta además cómo el embajador, Alfonso Dávila Ortiz bajó temprano un día a preguntar por qué alguien abría las llaves de los lavamanos y tiraba de la cadena de los inodoros, si en los baños no había nadie.

No sólo un buen número de embajadores, que por supuesto no tienen por qué inventar este tipo de historias, han sido testigos de estos episodios supuestamente sobrenaturales o del más allá. “El ex presidente Carlos Lleras Restrepo, que se alojó en esta casa en 1981, vivió algo similar”, dice Chucho. “Una mañana me preguntó si teníamos un sistema automático para prender las luces; lo contesté que no, y fue entonces cuando me aseguró que durante la noche le habían encendido cuatro veces la lámpara que estaba al lado de la cama”.

Pero, ¿cuál es el origen del presunto fantasma que ronda esa fantástica casona de ladrillo de tres pisos, situada en la esquina del Paseo del General Martínez Campos y la calle de Fortuna, a pocos pasos del Paseo de la Castellana y en uno de los barrios más elegantes de Madrid?. ¿De dónde surgió esa leyenda que rodea al palacete adquirido por el Gobierno colombiano a finales de los años 50, cuando era embajador Gilberto Alzate Avendaño y por el que se pagaron seis millones y medio de pesetas de aquel entonces?.

Hay dos versiones: la primera es que se trata del alma en pena de doña María Luisa Maldonado y Salabert, dignísima y acaudalada marquesa de Torneros, fallecida en Madrid el 11 de mayo de 1937. Según esa teoría, doña María Luisa, que fue dueña de este palacete, aunque no residió en él por mucho tiempo, se deja sentir con frecuencia para manifestar su descontento porque sus herederos (un par de sobrinas y un pariente sacerdote que le vendió la casa a Alzate) no acataron los términos de su testamento, en el que dispuso parte de su fortuna para que construyeran una iglesia en Madrid.

La otra versión sostiene que a mediados de los años 40 hubo un crimen pasional en la residencia: el dueño de casa regresó por sorpresa y encontró a su mujer, en la cama, con otro hombre; mató a los dos, y arrastró, peldaño a peldaño los cadáveres hasta abajo, lo cual explicaría los ruidos que a veces se escuchan en las escaleras.

Aunque no dudan de las versiones de sus colegas, otros embajadores no han visto, ni sentido nada. Cuando ocupó esa misión diplomática, y enterado del cuento del fantasma, Belisario Betancur Solía sentarse en pijama, en la enorme sala del palacete y ante un inmenso cuadro del pintor colonial Vásquez Ceballos, a esperar el fantasma. ¿Para qué?, así se lo indicó el ex presidente a JET-SET: “Porque pensaba decirle la frase que me enseñó mi madre para estos casos, “en nombre de Dios Todopoderoso, dígame qué desea”, y pensaba rezarle, tal como ella también me indicó, diez padrenuestros y diez avemarías, con lo cual, según la tesis de mi madre, se habría vuelto amigo mío; pero el fantasma nunca apareció”.

¿Quién ocupará esa embajada una vez se retire Rodado?, por supuesto, nadie sabe. Candidatos hay muchos, pero es bueno que tengan muy en cuenta una característica con la cual podrían vivir mucho más tranquilos en Madrid; que estén curados de espantos.

¿QUIÉN HEREDÓ A MARILYN?

Tomado de la Revista “jet Set”

Cuarenta y seis años después de su muerte, el testamento y las pertenencias de Marilyn Monroe siguen suscitando peleas, robos y polémicas. Ahora, el hallazgo de dos armarios con cartas y objetos de la célebre actriz revelan aspectos hasta ahora desconocidos de su priva privada. En su última voluntad, Marilyn estableció un fondo de 100 mil dólares para su madre Gladis Baker, encerrada en un manicomio, y para la viuda de uno de sus profesores de actuación.

A su media hermana, Berniece, le legó diez mil dólares, lo mismo que a su secretaria, May Reis. Otros cinco mil dólares fueron para el dramaturgo, Norman Rosten, mientras que otro 25 por ciento de su fortuna lo donó a su siquiatra, Marianne Kriss, quien en 1961, la había encerrado en un sanatorio mental en Nueva York, en medio de una de sus peores crisis emocionales.

Pero los herederos más consentidos por la actriz, que hechizó al mundo en los años 50, fueron los esposos Lee y Paula Strasberg, fundadores de la famosa escuela Actor·s Studio, donde se formaron grandes estrellas, como Marlon Brando. La propia Marilyn estudió allí, y además de ayudarla a pulir su talento, los strasberg acabaron por convertirse en los padres que nunca cuidaron de ella. En gratitud, la rubia les dejó lo que luego se convirtió en lo más caro de su legado: los derechos sobre sus fotos, regalías de sus cintas, biografías y el manejo de su imagen a perpetuidad, que en efecto les ha producido millones en las últimas décadas. También les dejó sus efectos personales, para que los repartieran “entre mis amigos, colegas y todos aquellos a quienes amé”.

A quien Marilyn no dejó nada en su testamento fue a Inés Melson, la fiel administradora que se encargaba de sus asuntos personales, desde el mercado, hasta el cuidado de su madre Gladis. Melson no se resignó a quedarse sin nada y resolvió hacerse justicia por su propia mano: días después del funeral de Monroe, Nelson entró en su casa y se llevó ropa, joyas y objetos tan emblemáticos, como el último frasco que usó de su perfume favorito, Chanel No. 5, y la botella de champaña con que se tomó la sobredosis de píldoras, que al parecer la mató, el 5 de agosto de 1962. Al año siguiente, Nelson utilizó el nombre de un sobrino para comprar, en una subasta, un archivador en que Marilyn guardaba cartas, facturas, fotos y otros documentos de su vida cotidiana. En 1968, Joe Di Maggio, el segundo ex esposo de la diva, le regaló otro archivador de la estrella, cargado con la misma clase de papeles, considerados entonces de poco valor, frente a las riquezas que les quedaron a los Strasberg.

Tras la muerte de Inés Melson, en 1985, los armarios de Marilyn quedaron en manos de Millington Conroy, un pariente lejano suyo, quien intentó enriquecerse ilícitamente con ellos; pero sus manejos llegaron a oídos de Anna Strasberg, la segunda esposa del ya fallecido Lee Strasberg, quien tras dos batallas judiciales logró que le entregara los archivadores con alrededor de 12 mil documentos y objetos. Al abrirlos, se descubrieron aspectos hasta ahora desconocidos de quién, en realidad era Marilyn Monroe, al margen del estereotipo de la rubia ignorante y sin conciencia. Los archivos secretos de Marilyn dejan ver a una mujer que escribía muy bien y que mantenía un estrecho contacto, por carta, con sus múltiples amigos en todo el país, pese a sus frecuentes viajes.

Las peleas por su testamento no paran: hace poco, los herederos de los fotógrafos de Marilyn armaron un pleito legal para no tener que pagarle a los Strasberg por el uso de la imagen de la actriz. Y en efecto, una corte de California dictaminó que, al menos en ese estado, la inolvidable estampa de la hermosa rubia, le pertenece a todo el mundo.

LA MALDICIÓN DE LOS MAGNICIDAS

Tomado de la Revista “Jet Set”

Los criminales que mataron a grandes celebridades cargan con la condena eterna de la historia. Ahora que el asesino de John Lennon reaparece con nuevas revelaciones sobre su delito el fantasma de estos misteriosos personajes vuelve a horrorizar al mundo.

La paradoja de los magnicidas es dramática: cambiaron la historia de la monarquía, la política, la religión y el espectáculo, pero no por ello se les rinde homenaje, ya que el suyo fue un acto tan vil como acabar con la vida de personajes de culto. Sin embargo, la sombra de estos extraños criminales sigue al acecho, porque la humanidad se acostumbró a que cada cierto tiempo surge un personaje, aparentemente normal e inofensivo que veía en sus víctimas a dioses de carne y hueso. Los magnicidas han matado por fanatismo, por maldad y por dinero, pero en últimas, el motivo profundo de sus crímenes fue el placer de vengarse de un mundo donde sentían que no eran nadie.

El asesino de John Lennon: Mark David Chapman, condenado a cadena perpetua por la muerte del ex Beatle, en 1980. Chapman ha vuelto a pedir la libertad condicional por quinta vez, a través de una declaración en la que dijo, otra vez más, que mató para pasar a la historia. “Seré famoso, seré más que nadie”, se dijo a sí mismo ese día. El texano, de 53 años, desmintió además la versión que siempre circuló acerca del momento exacto de su crimen en Nueva York. “Yo no lo llamé “señor Lennon”, fue algo que la prensa se inventó. Él no se volteó, le disparé por la espalda”.

La justicia de Nueva York volvió a negarle la libertad condicional para consuelo de la viuda del músico, Yoko Onno, quien dice que quiere a Chapman en la prisión de Attica para que pague su pena, ya que miles de fanáticos de Lennon lo esperan en la calle para eliminarlo.

El asesino de la emperatriz Sissi de Austria:= Luigi Lucheni, era hijo de una italiana que lo abandonó. Resentido, se hizo fanático del anarquismo, un movimiento contra la opresión de los pobres, cuyo lema era: “La propaganda por el hecho”, es decir, matar a los poderosos. Un día, en Ginebra, tras el intento fallido de asesinar al Duque de Orleáns, aspirante al trono francés, resolvió que ese 10 de septiembre de 1898, acabaría con el primer personaje de la realeza que se le acercara. Y esa víctima, por azares del destino, fue nadie menos que Elizabeth de Wittelsbach, la emperatriz consorte de Austria, conocida como Sissi, quien en ese entonces era lo que fue Diana de Gales en el siglo XX. Era una mujer muy bella, anoréxica, hacía mucho ejercicio, imponía la moda y se rebeló contra el protocolo de la corte de su marido, el emperador Francisco José.

Amaba los manicomios y era experta en salir de incógnita por las calles. Y fue, en una de esas salidas en Ginebra, cuando se cruzó con su verdugo, quien al saber de la célebre melancolía que, como a Diana, atormentaba a Sissi, exclamó: “Y yo que creía haber matado a una persona insolentemente feliz”. Tras ser condenado a cadena perpetua, Luchen se suicidó.

El asesino de Mahatma Gandhi:= Nathuram Godse, tras dispararle con una pistola Beretta semiautomática al hombre que le enseñó al mundo a luchar por la paz sin violencia y al entregarse impasiblemente a la policía, dijo: “Nadie debe creer que Gandhi fue asesinado por un loco”. Ese 30 de enero de 1948, este activista político heló la sangre del mundo al matar al último ser que no se merecía tan cruel final; pero él estaba convencido de todo lo contrario, pues creía que al respaldar la separación de Pakistán de la India, el líder hindú había causado miles de muertes.

Empero, en el juicio del asesinato, los propios hijos de Mahatma se opusieron a que lo condenaran a muerte, pues ello implicaba un deshonor para su padre. Aún así, el criminal, de quien nunca se supo si estaba loco, fue colgado en 1949, tras dictar su última voluntad que sus cenizas no fueran lanzadas al Ganges, hasta que India volviera a estar unida, hecho que hasta hoy no ha sucedido.
El asesino de Jhon F. Kennedy:= Pese a que tres investigaciones concluyeron que Lee Harvey Oswal, fue el asesino del presidente más admirado de los Estados Unidos, el 22 de noviembre de 1963, persiste la duda de que así fue. Él siempre lo negó, pero no tuvo tiempo de cambiar su versión o reafirmarla, pues dos días después del crimen en Dallas, fue muerto por Jack Ruby, en un acto que fue visto en directo, por televisión.

El magnicidio cambió la historia de la nación más poderosa del mundo y las pesquisas no se detuvieron hasta que, de manera oficial, se determinó que Oswal era un desadactado social que se creía predestinado a marcar la transformación del mundo. Además había vivido en la Unión Soviética, enemigo de Estados Unidos, donde Oswal habría sido suplantado por un agente de la KGB para matar a Kennedy. Pero ello fue refutado en 1981,tras la exhumación del cadáver de este hombre que nunca descansará en paz, condenado por los secretos de trascendencia histórica que se llevó a su tumba.

Los asesinos de Sharon Tate:= La madre de Charles Manson era tan desquiciada que cuando niño lo vendió por un vaso de cerveza. La familia lo recuperó, pero no lo pudo salvar de la esquizofrenia lúcida y convincente que hizo de él un criminal que cuenta con clubes de fans y una honda influencia en la cultura popular. En 1969, había pasado la mitad de sus 35 años en la cárcel, pero el culmen de su maldad se reveló cuando creó La Familia, una secta predestinada a ”refundar el mundo”. A mediados de ese año, Manson comandó a cuatro de sus seguidores, para que mataran a un productor que no había querido grabar sus canciones.

Pero en la casa no estaba el empresario, sino la actriz Sharon Tate, diva del momento y esposa de Roman Polanski, acompañada de otros seis amigos, quienes resultaron muertos en un ritual de sangre que hoy tiene a los asesinos, incluyendo el propio Manson, en la cárcel. Él todavía defiende su misión profética y sigue siendo objeto de la devoción de artistas, como Marilyn Manson, quien tomó su nombre de él.

Yolanda Saldivar, la asesina de Selena.- Yolanda Saldivar era una de los millones de fans de la cantante Selena, ídolo de la comunidad latina de Estados Unidos. Un día la abordó tras un concierto, se hizo su amiga y terminó trabajando para ella como presidenta de su club de fans y administradora de su boutique. En 1995, Selena descubrió que Saldívar la robaba y para evadir las acusaciones, la administradora le dijo que la habían violado e hizo que la llevara al hospital de Corpus Christi, Texas, donde todo resultó una farsa.

De regreso al hotel en que la asesina se hospedaba, las dos mujeres tuvieron una fuerte discusión, en medio de la cual Saldivar sacó una pistola y amenazó con suicidarse si Selena la despedía. En últimas, la muerta terminó siendo la cantante, quien pudo llegar al lobby del hotel y denunciar a su victimaria antes de fallecer.

Condenada a cadena perpetua y aislamiento en una prisión de Texas, Yolanda sigue ventilando historias, según las cuales Selena le era infiel a su marido, Chris Pérez, mientras que la familia de la estrella alega que realmente estaba enamorada de ella y que, al no ser correspondida, terminó asesinándola.

El asesino de la Familia Real de Nepal:- Las monarquías suelen ser trágicas, pero la historia de la dinastía Shah de Sepal, rebasó todos los esquemas. En el 2001, en medio de una cena familiar, el heredero del trono, el príncipe Dipendra, dejó la reunión, se puso su traje de combatiente y regresó con dos ametralladoras, con las cuales mató a su padre, el rey Birendra, a su hermana, a su hermano y a varios tíos y primos. Luego se disparó a sí mismo y quedó en coma. No obstante, ¡fue proclamado rey!, pero al tercer día murió, dejándole el trono a su tío Gyanendra, de quien se sospecha que conspiró para quedarse con la corona.

Pero la versión más aceptada dice que Dipendra estaba iracundo, porque su madre, la reina Aiswarya, se opuso a que se casara con el amor de su vida, Devyani Rana, perteneciente a una familia que por años rivalizó con el clan real. El príncipe loco, adicto a las drogas y al alcohol, demostró, una vez más, que la historia de Romeo y Julieta, no es tan descabellada.

UN AMOR FUGAZ DE BOLÍVAR

Norberto Serrano Gómez, del Libro “De broma y de veras”

En la vida de los grandes personajes de la historia, hay algunos que han dejado hermosos recuerdos de su paso por el mundo; en nuestra historia hay un personaje que dejó honda huella en el continente latino-americano, Simón Bolívar: de todos es conocido el inmenso influjo que ejercía nuestro Libertador por la mujer, era demasiado apasionado con las féminas; la historia cuenta que el homenaje más sincero y grato que una mujer podía ofrecerle a Bolívar, eran sus propias hijas, vírgenes la mayoría, buscando dejar descendencia, por el gran carisma que este hombre ejercía en todo el continente; en esos momentos de gran efervescencia por la libertad, la mujer no se ofrecía buscando el placer, sino la forma de poder tener un hijo de Bolívar, situación que, según parece no se logró, porque no se ha legitimado que Bolívar hubiera dejado descendencia.

En la obra “El amor y la mujer en la historia de Colombia” hay un leyenda sobre la polifacética vida del Libertador, constelada de hermosas mujeres que mantuvieron vivo el fuego de su espíritu galante; en los turbulentos días de la Convención de Ocaña, en 1828, de paso por el Socorro, se le brindó un espléndido recibimiento, con actos públicos y un suntuoso baile; en el desarrollo del programa hubo una representación alegórica, en la cual la personificación de América estuvo a cargo de una muchacha muy atractiva, nacida, en 1813, en la localidad de Pinchote; tenía, por consiguiente, 15 años, y se llamaba María Concepción Hernández.

La imagen de esta niña quedó muy viva en el corazón de Bolívar; fue un sentimiento diferente al que experimentó en muchas otras mujeres; aquello fue amor, en el sentido puro de la palabra, y otra vez floreció en su espíritu, un anhelo de paz, de felicidad, de sosiego, muy distinto a los impulsos que lo llevaron a compartir con otras mujeres el tormentoso cambio de su vida, que ya empezaba a oscurecerse con la sombra del ocaso”.

Las crónicas dicen que Bolívar le hizo conocer sus sentimientos a la muchacha, a quien se acomoda una respuesta, que tiene qué ser una invención rebuscada, impropia de una niña campesina, tímida y rústica: “Soy demasiado digna, para ser su amante, y es usted demasiado grande, como para que yo pueda ser su esposa”. En todo caso, ese destello pasional quedó sellado con la rotunda negativa de María Concepción y de sus padres.

Pero, lo más interesante de este relato, es que no se trata de una leyenda, sino de un hecho cierto, historia que ha pasado de generación en generación entre los lugareños: María Concepción Hernández existió, su partida de bautismo se encuentra en Pinchote, de la Diócesis de Socorro y San Gil, firmada por el Pbro. Bernardo Meléndez. En contadas ocasiones, Bolívar fue rechazado por las mujeres y este relato hace parte de los aspectos humanos del Libertador, quien frecuentemente tuvo que saborear las amarguras de las derrotas de la libertad y del amor.

lunes, 6 de julio de 2009

Celebración del Centenario del Colegio Bethlemitas

(Tomado de la Revista Zapatoca)
Zapatoca, pedazo de tierra santandereana que entre montañas ariscas y tímidos cañones, alberga la reciedumbre y la entereza de hombres y mujeres con sangre hecha de nobleza y nativismo, propios para el logro de sublimes ideales y generosas realizaciones. Acogedora Villa, cuna afortunada del sacerdote, Claudio Acevedo Gómez, fundador de este Colegio, a quien rendimos especial reconocimiento en esta fecha centenaria.

Es a este pueblo bien trazado y acogedor a donde, en una tarde serena y engalanada con el manto blanco de la neblina húmeda, en el crepúsculo del mes de diciembre de 1906, arriban las Hermanas Bethlemitas con el cansancio y la fatiga propios de un largo viaje a lomo de mula, por caminos ásperos y quebrados, pero llena el alma de ilusiones y cargada la mente de nobles ideales y proyectos para buscar el bien de los habitantes de esta acogedora “Ciudad Levítica”.

En la mañana alegre y soleada del 19 de febrero de 1907, este grupo de religiosas recibe el primer ramillete de bulliciosos y alegres chiquillos que ven abrirse por primera vez, no sólo las anchas puertas de la solariega casona, sino los brazos amorosos de las acogedoras Bethlemitas. Por los salones y patios de esa antigua casona, hoy convertida en patio de deportes, desfilaron durante 47 años grandes personalidades que han enriquecido la sociedad en el ámbito religioso, político y social; numerosos sacerdotes, religiosas, centenares de profesionales que se destacan en la política y en las distintas ramas del saber, así como ilustres matronas que con su ejemplo de abnegación, servicio y fidelidad nos han enseñado que la belleza y la riqueza son pasajeras cuando no van acompañadas de la virtud.

Poco a poco se van obteniendo las casas y se van adaptando para el Colegio; el deseo era adquirir la manzana completa para poder realizar el amplio proyecto que tenía para el Colegio la Hna. Magdalena Niño, religiosa ecuatoriana que había llegado ese año y que con su carácter emprendedor inició la construcción del edificio que hoy habitamos. El 16 de julio se llevó a cabo la colocación de la primera piedra y se inició la obra que dirigió durante dos años, siendo Superiora del Colegio.

El año de 1955, fue nombrada Superiora la Madre Carmen Rosa Duque, que llevaba 13 años encargada del Colegio y con decidido empeño continuó la construcción del edificio, con la colaboración generosa de los padres de familia, y en 1957, se inauguró el primer tramo del edificio y se celebraron las Bodas de Oro del Colegio.

Desde la Hermana Cecilia Rosero, primera Superiora de esa casa, hasta nuestras querida Hermanas Marisol Santoyo y Amparo León Tovar, las 34 Superioras que han pasado por esta historia centenaria, han luchado por mantener un nivel académico que haga de nuestros estudiantes personas competentes en el campo del saber y a la vez, hombres y mujeres de calidad humana y coherentes con su fe, que sean gente de cambio en el medio en que se desempeñan.

La parte cultural ha sido preocupación constante en los proyectos de formación integral de nuestros estudiantes; asimismo la parte deportiva, con sus diversas disciplinas, como medio para mantener un espíritu, una mente y un cuerpo sanos. En 101 años de existencia es casi imposible contar con detalle la labor realizada con luchas y esfuerzos, logros y superaciones que hacen honor al lema de nuestro escudo: “virtud y sabiduría” y al contenido de nuestro himno, “honor, virtud, deber, en nuestro corazón, la mente hacia el saber y arriba gloria a Dios”.

Como en toda obra es difícil precisar el número de estudiantes que han pasado por estos espacios, siendo la razón de ser de nuestra tarea educativa, en quienes hemos sembrado, junto con nuestros queridos docentes y en comunión con los padres de familia, con nuestros queridos colaboradores y bienhechores, la semilla del bien, de la virtud y del saber. Sabemos, sí, que son numerosos los exalumnos y exalumnas que, guiados por la estrella de Belén, prosiguen su marcha reflejando en la sociedad que los rodea, ya en el camino del trabajo, como en la formación superior, las virtudes Bethlemitas que aquí han aprendido, siendo agentes de renovación con visión del futuro.

Al evocar estos 101 años de historia y con gratitud sentida elevamos una plegaria al Dios bueno, al Dios de Belén y de la Cruz, para que con abundancia de bendiciones, sea Él la recompensa para cada uno de los zapatocas, que son la razón de ser de nuestra presencia en esta querida tierra, muchas gracias. ,,,,,,, Bethlemitas Zapatoca.

Curiosidades Bethelemitas

Como un estímulo para recrear la mente con los fantasmas del recuerdo y como un homenaje al Colegio del Sagrado Corazón en su Centenario, presento algunos artículos extractados de los archivos del Colegio.

Es de anotar que anteriormente los exámenes se calificaban de 1 á 5; recordemos que al final no valían los esfuerzos por previas mensuales, sinó únicamente para calificar el año el único puntaje eran los exámenes finales escritos y para mal de muchos, los había también orales. Pues bien, buscando aquí y allá, encontramos unas curiosas actas de calificaciones: la primera data del 4 de abril de 1941, dice así:

“ACTA No. 1.- En Zapatoca, a cuatro de abril de mil novecientos cuarenta y uno, a las 8.a.m se reunieron en el salón principal del Colegio las R.R.M.M. Superiora y profesoras de Bachillerato con el fin de darse cuenta del adelanto obtenido por las alumnas en los dos primeros meses del año. Se dio comienzo a la sección de la mañana, con clases de Religión en todas las agrupaciones, con resultados altamente satisfactorios. Acto seguido se examinó la aritmética con éxito notable en 1º y 2º años. Por la tarde hubo examen de Historia Universal, observando palpablemente la falta de aplicación en algunas niñas del primer curso; en general el conjunto deja mucho qué desear. La profesora de Geografía hizo examen escrito en 3º y 4º años. ABRIL CINO: el examen de este día versó sobre Economía Política, en 3º y 4º e Historia Eclesiástica en 1º y 2º, a la vez que presentaban por escrito su examen de Estadística las de tercer año. Las calificaciones quedan expresadas en el cuadro siguiente.
Firman: la Superiora, Ana Rita Figueroa, H. del S.C. de Jesús; la Prefecta, María de la Cruz, Hija del S.C. de Jesús.”

Existe otra Acta similar (la No. 2) de fecha, 17 de junio de 1941, con las siguientes calificaciones:
* Emma Acevedo: Literatura 3.6; Estadística, 4; Economía Política, 3.5; Taquigrafía, 4.
* Luisa María Gamarra: Literatura, 3.2; Estadística, 3.5; Economía Política, 4 y Taquigrafía, 4.
* Blanca Tulia Serrano: Literatura, 4.3; Estadística, 4; Economía Política, 4.5 y Taquigrafía, 4.3.

En 1943, se reunió un grupo de exalumnas para celebrar el día de la Virgen María; de esta reunión se hizo un Acta, que como dato curioso anotó lo recolectado por cada un de las asistentes, en la siguiente forma:

Margarita Ardila García, 0,50; Luisa Ardila García, 0.50; Alicia Acevedo Silva, 0.50; Sofía Acevedo, 0.50”.

Sucesivamente otras cuotas, sumando un total de $9.75; ¿qué le daríamos hoy a María, en su mes de mayo, con este valor?. Hay que tener en cuenta que en esa época, hace 65 años, la moneda tenía un valor casi por encima del dólar, de modo que esta cantidad, $9.75 vendría a suponer hoy, más o menos 500 mil pesos, sino un poco más.

Otra cosa curiosa que encontramos es el Acta de la visita practicada por el Inspector Nacional de Educación Primaria, Manuel H. Pretelt Mendoza, realizada al Colegio el 11 de septiembre de 1949; dice así:

“Acta de la visita practicada por el Inspector Nacional de Educación Primaria, Manuel H. Pretelt Mendoza, al Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, regentado por las Reverendas Madres de la Comunidad Bethlemita .

El día 11 de septiembre de 1949, a las 8 a.m visitó al Colegio del Sagrado Corazón de Jesús en Zapatoca, regentado por las Rdas. Madres Bethlemitas, el suscrito Inspector Nacional de Educación Primaria, Manuel H. Pretelt Mendoza. El Colegio es de enseñanza secundaria, para niñas, cuatro años de Bachillerato, con Secretariado Comercial. Se sigue estrictamente el programa oficial.

Se está construyendo un nuevo edificio, con planos de perfecta orientación pedagógica y con capacidad suficiente para internas y externas.

Tiene sección primaria, para varones, jardín infantil y primer año; igual para niñas, jardín infantil, los cuatro años de primaria y el pre-bachillerato. En total, se ajusta a la orientación que el Gobierno indica para la enseñanza.

Posee el Colegio los elementos indispensables para una buena educación: biblioteca, museo, etc. Es de desear que este Colegio, que hace más de treinta años que lleva fundado, que ha educado a la sociedad de Zapatoca, distinguida por su cultura y religiosidad, tenga pronto la aprobación oficial a que se hace acreedora por miles de motivos, entre ellos, la preocupación de las Rdas. Madres en orientar su enseñanza conforme al plan oficial y acondicionar su edificio conforme a las prescripciones pedagógicas.

El Inspector presenció en la sección primaria clases de Religión, Aritmética y Canto. La Rda. Madre que dirige el grupo es bastante hábil en el manejo de las niñas, interpreta el programa y da la clase con modales atractivos y un trato de exquisita amabilidad, en un ambiente de alegría.
En las secciones de secundaria, observó la clase de Educación Física, dictada por una religiosa especializada en esta materia.

La Comunidad de las Bethlemitas en sus Estatutos señala, como misión primordial, la educación de la niñez y de la juventud. En varias partes de Colombia tienen otros establecimientos educativos que gozan algunos de aprobación oficial. El suscrito Inspector Nacional aprovecha esta oportunidad para felicitar a la Rda. Madre Superiora del Colegio y demás Religiosas que la asesoran en sus labores, por el bien que hacen a la sociedad de Zapatoca en este plantel de tanto prestigio y las exhorta a que continúen con el mismo empeño cumpliendo la obra misericordiosa de enseñar por amor a Dios y a la Patria, traduciendo en su exacto sentir el pensamiento que debe guiar a todo colegio cristiano: “El temor a Dios, que es el principio de la sabiduría”.
(fdo), el Inspector Nacional de Educación Primaria, Manuel Pretelt Mendoza”.

Zapatoca Educativa

COLEGIO SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - HERMANAS BETHLEMITAS
CENTENARIO 1907—2007

Un pueblo vale por su cultura intelectual y por el alto nivel moral de sus gentes. Zapatoca ha sido siempre un pueblo preocupado, constante y esmerado por la educación integral de sus hijos. Por eso ha podido ofrecer a nuestra Patria y al mundo una pléyade de hombres y mujeres ilustres en el saber y en la virtud; varios obispos, sacerdotes, religiosos en diferentes órdenes, más de 500 profesionales en todas las ramas del saber humano: sabios magistrados, congresistas, gobernantes, elocuentes oradores y apostólicos maestros en ambos sexos, que hoy son corona inmortal de las juventudes que han pasado por sus manos.

Muchos colegios nacieron de la necesidad imperante de educar a la juventud ávida de conocimientos; fueron muchos los centros educativos que se formaron, siendo el primero del que se tenga historia que se cristalizó, según Acta del 5 de agosto de 1821, de reunión efectuada en la Iglesia, con el cura de entonces y los ciudadanos Vidal Plata y Julián Serrano, con dos maestros, uno para niños y otra para niñas; esto nos indica el espíritu que existía para que las gentes de entonces crecieran en la verdad. Muchos establecimientos nacieron en el siglo XIX, al impulso de la necesidad y muchos patricios zapatocas fueron los artífices de que el mundo de hoy pueda contar entre sus gentes, con personas capacitadas para llevar sus ideales más allá de las fronteras.

Entre estos colegios, a pesar de las embestidas de los vientos modernos, ha perdurado por 100 años (101, en el 1008) el del Sagrado Corazón de Jesús, regentado por la Congregación Bethlemita, comunidad fundada, en Guatemala en el año 1658, por el Hermano Pedro de San José Betancur.

Pbro. Dr. CLAUDIO ACEVEDO GÓMEZ:- FUNDADOR.

No podríamos hablar de la construcción del Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, sin tener en cuenta el carisma de su fundador, don Claudio Acevedo Gómez. Este benemérito sacerdote nació en Zapatoca, el 28 de agosto de 1863, fruto de un cristiano modelo de hogar conformado por don Ignacio Acevedo y la matrona, doña Elena Gómez. Según consta en el Acta de Bautismos, libro 4, folio 542 de 1863, su verdadero nombre fue José Claudio Carmen Acevedo Gómez; fue registrado como hijo de Dios el día siguiente de su nacimiento, como se acostumbraba en esa época, ya que todos los hijos de la Zapatoca de entonces, eran frutos de hogares entregados totalmente a la voluntad de Dios y por consiguiente a pocas horas de llegar al mundo, eran entregados al Altísimo. Sus abuelos, gentes también de profundas raíces cristianas fueron, por línea paterna, Carmen Acevedo e Ignacia Gómez (antiguamente el nombre de Carmen también era masculino por el amor que los zapatocas le tenían a la Virgen del Carmen); por línea materna, Jesús Gómez y Hermenegilda Serrano; fueron padrinos, Joaquín y Dolores Acevedo; las aguas bautismales fueron derramadas en su cabecita por el Párroco de entonces, el Dr. Pedro Guarín.

Uno de los cruentos episodios de nuestra patria fue aquella guerra del 60, en el siglo XIX, larga y devastadora como pocas. Las pasiones políticas se caldearon al rojo vivo y el país quedó sumido en un caos de odio y miseria que afectó por muchos años la vida de los pueblos. Una de las víctimas de aquella hetacombe fue, en Zapatoca, don Ignacio Acevedo, hombre de alcurnia y distinción, pero también de un brioso temperamento político. Cárceles y multas llovían sobre él, sin que lograses hacerlo ceder en la defensa de sus ideales. Cuando por enésima vez llegaron a aprenderlo los jenízaros de Mosquera hasta su casa de Gachaneque, huyó por el alto del mismo nombre, descendiendo por los empinados riscos que llevan al río Suárez, con tan mala suerte que pegó su cabeza contra una piedra, pagando con su vida el tributo a la sangrante deidad de nuestros odios políticos. Atrás quedaba una viuda deshecha y seis huérfanos, cuyo último vástago fue José Claudio.

Los primeros años discurren con inmensas privaciones, pero para ventura suya encuentra en su cuñado, Telmo J. Díaz, un alma que comprende la suya y que le ayuda en la consecución de sus ideales que desde el primer momento se cifran en la educación religiosa, así que resuelve brindarle el apoyo económico, que le faltara en el hogar destruido. El seminario era la suprema meta de sus aspiraciones: el servicio de Dios le reclama con las mismas voces que a Teresa de Ávila y San Juan de la Cruz; por encima de las exigencias de los pensules oficiales va oteando en el callado recinto de las bibliotecas nuevos horizontes para su espíritu. Cuando, recién terminada su carrera eclesiástica, se funda el Seminario de Tunja, sus maestros lo escogen a pesar de su juventud para que sirva el cargo de Vicerrector de dicho Instituto; tan tremendo debió ser el esfuerzo mental, ya que se trataba de una obra en proceso de desarrollo, que vino un cruel zarpazo del destino para truncar bruscamente y para siempre, esta carrera iniciada bajo tan halagüeños auspicios, que lo hubieran llevado por natural proceso de selección humana a escalar las más altas preeminencias eclesiásticas; tanto esfuerzo por llevar a sus discípulos hasta la cima de lo sagrado, produjeron en él una aguda crisis de agotamiento mental, un “surmenage”, que le obligó a suspender sus labores intelectuales, debiendo regresar a su tierra nativa a ejercer el divino ministerio. Pero, como Dios “escribe derecho sobre renglones torcidos”, nuestro benemérito Claudio, tenía en Zapatoca tareas urgentes por cumplir.

Como enamorado de la educación fundó, en el año 1912, el Colegio de San Luís, para varones, ayudando con su propio peculio a los mozalbetes aventajados, que por falta del metal dorado no podían escalar las metas estudiantiles; igual hacia con los estudiantes del Socorro, Tunja y Bogotá, sin exigir otra recompensa que el callado goce de las buenas acciones. ¿No era esta., acaso, la mejor manera de servir al preciado terruño al cual vinculó siempre sus más caros afectos?

Fundó también para divulgación ideológica un semanario, “El Impulso”, uno de los primeros órganos periodísticos en la historia de Zapatoca. Aquí están, pregonando el ejercicio de su misión apostólica y su amor a Zapatoca, obras de aliento en beneficio de su Dios y de su tierra: en primer término, el Hogar San José y el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, para los cuales, salvando muchas dificultades que se interpusieron en su realización, trajo a Zapatoca la Comunidad de las Religiosas Bethlemitas; hizo un largo y penoso viaje con el objeto de traer a los RR.PP. Dominicos para que regentaran el Colegio de Santo Tomás, que tan buenos frutos dio al mundo, bajo la austera dirección, posteriormente, de los Hijos de Don Bosco; el barrio y la Institución de San Vicente de Paúl que, con otros claros varones de la Villa, logró llevar a la realidad; la Biblioteca Pública y el Templo Parroquial también supieron de su eficaz ayuda. En fin, cuántas nobles empresas se llevaron a cabo en Zapatoca, desde 1890, hasta 1928, contaron con él, como su gestor unas veces y otras como su animador entusiasta y decidido.

Un día triste y lluvioso, el 9 de noviembre de 1928, a la edad de 65 años, cuando se encontraba en un almacén de la calle real, comprando telas para sus hijas del Hogar San José, por efectos de un paro cardíaco, falleció repentinamente. Su partida de defunción se encuentra en la Parroquia, libro 9, folio 23-147, de 1928.

COLEGIO DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS:

Corría el año de 1907 y por estos lares la vida pasaba tranquila y silenciosa; las contiendas civiles no lograron menguar la fisonomía clásica y altiva de una raza que, si tiene del honor un concepto desafiante, también sabe quemar sus inciensos en los templos de la paz; abuelos patriarcales de procera estirpe, sentaron sus reales al amparo de estos cielos abiertos y apacibles y modelaron una casta robusta de hombres y mujeres, que de sol a sol, rendían sus tributos al trabajo, arrancando de la esterilidad de la tierra, el fruto que da el pan para la vida; por sus montañas y colinas, sus manos encallecidas y recias trazaban el pentagrama de las sementeras y la Villa crecía, con sus casonas amplias, rodeadas de helechos que hacían la delicia de los duendes y fantasmas que merodeaban en las noches heladas, según los eventos que la viejecita de nevada cabellera susurraba a sus vástagos para aquietarlos un poco y hacerlos dormir. En el día era la brega, el esfuerzo, el afán casi atormentado para quebrantar la insolencia de los surcos que se negaban a la remuneradora bendición de las cosechas. Por la noche, a la luz deficiente de las lámparas, mientras brotaba de los labios la plegaria bendita del rosario, la dulce viejecita, de mirada diáfana y pura, oteaba desde la cima de sus años, el horizonte risueño de su prole.

Alegres juventudes recorrían los caminos de la Villa buscando nutrir su inteligencia con la lectura de los cánones obligados de la época, con la esperanza de completar su aprendizaje en el calor proyectado de la enseñanza religiosa. Por aquellas calendas discurría por el burgo un benemérito sacerdote, cuyo nombre todos conservamos en urnas de reconocimiento y gratitud; Zapatoca le debe sentimientos de amor, por la labor incansable a favor de las juventudes ávidas de conocimientos.

Sobre todo la mujer que busca la satisfacción que da el sentirse preparada suficientemente para cumplir a cabalidad las funciones de esposa, madre, de ama de casa, con las enseñanzas que le proyectaban los colegios femeninos de la época, en lo relacionado con su condición femenina: modistería, bordados, tejidos…; recordamos, con efusión al Pbro. Claudio Acevedo Gómez, gestor incansable de la traída de la Congregación Bethlemita a estas tierras, con la anuencia de la entonces Superiora General de la Congregación, madre María Luisa Salinas; el 11 de diciembre de 1906, después de transitar por duros caminos, llegaron las cuatro primeras religiosas para abrir sus corazones a la juventud zapatoca, pues el Orfelinato de San José, ya existía por esa época; fueron la madre Cecilia Rosero y las Hnas, María Luisa Arciniegas, Úrsula Ramírez y Eufrania Ángel, quienes se hospedaron en la casa del Orfelinato, y, en la mañana del 19 de febrero de 1907, el Sagrado Corazón de Jesús abría sus brazos para recibir la chiquillería alegre que se congregaba en sus claustros; a la voz de la campana, 31 alumnas iniciaron su preparación para seguir resonando hasta hoy. Durante 100 años (101- 2008) su luz ha iluminado el camino a todas las generaciones que han pasado por sus aulas, recibiendo la luz de la esperanza y aprendiendo a separar las espinas de las rosas, en el duro transitar de la existencia.

La madre Cecilia Rosero estuvo al frente de la nueva obra de apostolado durante cinco años, realizando la tarea más difícil: echar los cimientos de la educación femenina, contando solamente con la generosidad de los zapatocas, movidos por el celo del fundador de esta obra de caridad y educación. Le sucede la querida madre Amelia, a quien le correspondió el traslado del colegio a un local más amplio de dos casas unidas, en la esquina de la actual calle 22, con la Cra. 9; allí permanece durante otros cuatro años, continuando la dirección del Colegio, las madres Encarnación, María del Carmen y Guadalupe, en dos casas un poco más amplias que el dr. Claudio Acevedo hacía comprado para el Orfelinato, en la carrera 9, entre calles 22 y 23. Infortunadamente, el egregio fundador de la Institución fallece, en forma inesperada, el 9 de noviembre de 1928, dejando en la Comunidad Bethlemita, como en los zapatocas, un profundo dolor, pero con el ferviente deseo de seguir en la lucha por llevar el colegio a su meta definitiva, porque la bendición que desde el cielo les impartía su benefactor, las impulsaba a seguir el camino.

Continuaron como directoras del apostolado educativo, en una época que se prolongó hasta 1953, las religiosas, madre Javier Cedano, hermanas Ana Rita Figueroa, Isabel Yépez, María Acevedo, Matilde Aguirre, Estela Valencia y Concepción Sosa, cuyos nombres deben figurar entre las grandes benefactoras de la educación. Hasta entonces, el colegio había funcionado con bastante incomodidad, pero con mucho espíritu, en una sola casa, con el Orfelinato San José; en 1952, la señora Isadora Díaz de Acevedo, en un gesto de desprendimiento, donó al colegio la amplísima casa que fue cuna de su familia, en la esquina de la calle 22, con cra. 10, a cuya donación se unieron los Pbros. Hermógenes Plata Acevedo e Isaías Ardila Díaz, junto con el dr. Ignacio Vicente Díaz Acevedo, quien donó la mansión de su familia; y el dr. Ulpiano Arenas, cede la pequeña casa que se hallaba situada junto a la Capilla de Jesús. La nueva superiora del Colegio, madre Magdalena Niño, con gran amplitud de miras y una gran confianza en el Corazón de Jesús, compro las otras residencias que circundaban la manzana, excluyendo, por lógica la parte correspondiente al Orfelinato, contrató los servicios del Ingeniero italiano Guido Burci y con el pensamiento puesto en el porvenir, idearon juntos los planos ambiciosos de una gran edificación.
A la entusiasta y providencial iniciadora del nuevo edificio, sucedió la madre Carmen Rosa Duque. Esta ilustre mujer había sido Prefecta del Colegio, durante 13 años; ahora le correspondió completar 18 más de devota y alegre dedicación a su colegio; al terminar su labor de Superiora logró dejar funcionando el colegio en la parte construida del nuevo edificio, ya como obra separada del Orfanato desde 1958, a las superiores Ana Luisa Bonilla, Ana Joaquina Tobòn y Rosa María Isaza; luego vendrían Ana María Serrano, nacida en Zapatoca, con Graciela Restrepo, Elvira Álvarez y Josefina Díaz; en la década de los 80, llegan como Superioras, Martha Sofía Serrano, Guillermina Solano, Ana Lucía Otero, María de los Ángeles Castaño, Ángela María Muñoz y otras tantas hermanas, dulces y buenas, sabrosas como el pan, deliciosas como el vino, que fueron en nuestra niñez las mejores amigas y las más comprensivas de las madres; ellas, con callada e increíble labor durante tantos años, con poca ayuda de la ciudadanía y sin auxilios oficiales, lograron levantar este edificio que abarca toda la manzana y que hace verdadero honor a la ciudad y que podría descollar en cualquier lugar de nuestra Patria, por su amplitud, su sencilla elegancia y el acierto de su acondicionamiento pedagógico.

Parte muy importante en la terminación del edificio, cuya bendición se celebró el primero de junio de 1958, fue la labor de la hermana Catalina Serrano, ecónomo del Colegio desde 1972, hasta el día de su muerte ocurrida el 8 de marzo de 1982; con su innegable amor a la Congregación levantó la clausura de la Comunidad y arregló con los frisos todo el exterior del edificio del Colegio. Su muerte fue, para la comunidad Bethlemita y Zapatoca, las directivas del Colegio y sus alumnas, un acontecimiento triste y lamentable.

La querida Capilla de Jesús Nazareno, levantada en 1839 por la devoción del Pbro. Pedro José Guarín y que fue cedida a la Congregación Bethlemita por Resolución No. 19047-A del 07 de diciembre de 1956, emanada de la Sagrada Congregación, forma parte del conjunto emocional del Colegio, porque las generaciones que por sus ámbitos han pasado, han podido beber de la Eucaristía la preciosa Sangre del Maestro y encontrar en Él, la fuerza necesaria para transitar por el camino de la vida.

La aprobación de los estudios de Comercio se obtuvo por Resolución No. 2928 de 1952, durante la dirección de la madre Estela Valencia, graduándose en ese año las primeras seis alumnas: Agripina Acevedo Acevedo, Aminta Martínez Reyes, Alicia Rincón Galvis, Celina Plata Forero, Inés Serrano Gómez y Olga Serrano Serrano; en 1953, se graduaron doce alumnas; en 1954, cuatro, y así sucesivamente, hasta 1964. Siendo superiora la madre Ana Joaquina Tobón, se obtuvo la aprobación de la Primaria; posteriormente, en los años 1966 y 1969 respectivamente, fueron aprobados el Bachillerato Comercial y el Académico, siendo Superiora la madre Rosa María Isaza; en 1965, aparecen las primeras graduandas como “Auxiliares de Contabilidad y Secretariado”. A partir de 1986, únicamente funciona Bachillerato Académico, hasta 1995 y de 1996, en adelante, las alumnas se reciben en Bachillerato, con especialidad en Comercio e Informática.

Hasta el momento, desde 1952 que aparecen las primeras graduandas, hasta el 2007, el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús ha entregado al mundo, bajo la toga de las egresadas un número considerable de alumnas.

En cuanto a la población masculina, el Colegio ostenta con orgullo, entre las “Flores de nuestro jardín”, el hecho de ser la cuna de la educación de innumerables religiosos, como también varones beneméritos que se encuentran dispersos por el mundo con la ilusión de volver a su Colegio a recrear el espíritu con los ecos del recuerdo; entre los muchos sacerdotes, con honor mencionaremos a Monseñor Ciro Alfonso Gómez, quien falleció siendo Obispo de Socorro y San Gil; Monseñor José de Jesús Pimiento Rodríguez, Arzobispo emérito de Manizales; Monseñor Jorge Ardila Serrano y muchos más, que para enumerarlos tendríamos que dedicar mucho espacio.

Bienvenidos

Queridos amigos y amigas, bienvenidos; a partir de hoy encontrarán ustedes un espacio ameno, agradable, divertido y muy variado: en el devenir de nuestra casa, el Planeta Tierra, tanto en la madre Natura, como en sus habitantes, los terrícolas, se encuentran situaciones que muchas veces se salen del sendero corriente de la historia, pero que forman parte integral del mismo, tanto en las personas, como en los diversos aconteceres: anécdotas, comentarios, curiosidades y toda una serie de cosas que conforman un todo.

Viajaremos por el espacio, por la prehistoria, la historia, por las tres edades que conforma la existencia de nuestro mundo, la Antigua, la Media y la Moderna, nos cruzaremos con otros países en sus monarquías y sus excentricidades; conoceremos, en pequeños segmentos, todas las guerras que han azotado el mundo desde la antigüedad, hasta nuestros días; en fin, daremos un vistazo del universo, buscando, con la “lámpara de Diógenes” un rincón en el mundo por donde no ha pasado la historia.

Habrá también un espacio para la meditación, teniendo en cuenta que mientras no nos conozcamos a nosotros mismos, no podemos conocer a los demás.

Hoy comenzamos con lo nuestro, con la hermosa ciudad de Zapatoca, terruño de nuestros afectos; seguiremos después con La Fuente, nuestra pequeña hija, nacida de las entrañas de la madre tierra Levítica, para seguir con las ciudades que surgieron de sus raíces, San Vicente, Galán, Betulia y Barranca.

Entonces conozcamos la historia de los establecimientos educativos que le han dado renombre a Zapatoca en los 266 años de historia, y como promesa es cumplimiento, aquí tenemos el devenir del Colegio del Sagrado Corazón, de las Hermanas Bethlemitas, en los 102 años que lleva funcionando en la ciudad del Clima de Seda, Zapatoca.

Muchas gracias y seguiremos en contacto.