Por primera vez, en tres décadas de reinado y con motivo de sus 70 años, la esposa del Rey de España, Sofía Schleswig-Holstein Sonderburg-Glücksburg,
Princesa de Grecia y Dinamarca, quien nació el 2 de noviembre de 1938 en Atenas, Grecia, rompió el protocolo para opinar en público y hablar de sus intimidades, sus tragedias y sus gustos más mundanos; la consorte del rey Juan Carlos I, nunca había abordado su vida íntima con la sinceridad que caracteriza su nueva biografía autorizada: Doña Sofía, escrita por los periodistas Carmen Enríquez y Emilio Oliva; con los 70 años que acaba de cumplir y casi 33 de su reinado con fama de ejemplar, doña Sofía se ha permitido la licencia de no ser tan diplomática para contar esos detalles de su dimensión humanitaria, que los españoles siempre quisieron conocer.
Así, por primera vez, se atrevió a hablar de su nuera, la princesa Letizia, Princesa de Asturias, quien algún día la sucederá como Reina Consorte de España: “Leticia es muy, muy inteligente y sabe perfectamente lo que tiene que hacer”, dice, y confirma la estrecha cercanía que las une desde que la ex periodista de Televisión Española entró a la Familia Real, en el 2004; la Reina manifiesta que las dos se ayudan mucho y que se beneficia de sus opiniones, porque ofrecen un punto de vista diferente, “que viene de fuera de nuestro propio círculo”. Como se recuerda, Letizia es la primera plebeya que se sentará en el trono real y eso todavía suscita comentarios adversos por parte de los sectores ulltraconservadores. A ellos, en la declaración más explosiva, la Reina les envía un mensaje: “Quienes critican el matrimonio de un príncipe con una periodista, tienen una forma muy antigua de pensar; es bueno que nos abramos”
Resulta muy diciente oír hablar así a una reina que, al contrario de otras de su rango, no tiene ni una gota de sangre plebeya. De hecho, es la última reina de sangre real en Europa, ya que todos sus antepasados ocuparon un trono. Es bisnieta de un emperador, Guillermo de Alemania y sus raíces se hunden en las dinastías reales de Inglaterra, -por la reina Victoria-, Dinamarca, Grecia y la Rusia de los zares. Por su linaje danés, la Reina aportó a la realeza española el sentido de familia unida y la adopción de las costumbres sencillas; cuando no está en sus funciones reales, algunas veces va con el Rey al teatro, porque les encanta el anonimato de las salas oscuras; es una mujer muy culta, lee varios libros a la vez, asiste a concursos libres de historia, filosofía y música clásica en distintas universidades.
Por primera vez, la Reina destapó sus difíciles primeros años en España: a comienzos de los años 60, la monarquía estaba destronada y ella, doña Sofía, como normalmente se le conoce, y quien de 23 años llegó al país, como la esposa de Juan Carlos de Borbón, entonces presunto heredero real. La burguesía cerrada del régimen del dictador Francisco Franco, la llamaba despectivamente “la hereje” o “la griega” y se escandalizó cuando ella quiso ser voluntaria en los hospitales.
“No me dejaron”, exclama la Reina, aterrada todavía porque ya para entonces ella era una mujer de mentalidad cosmopolita, que había vivido en Egipto, Sudáfrica y otros países, debido a las tempestades políticas que afrontó su padre, el rey Pablo de Grecia. Sin embargo, ella no se dejó intimidar y resolvió entonces que su papel era contribuir a que su marido dejase de ser ignorado por Franco y sus acólitos, y para favorecer su ascenso al trono, en 1976, se volvió tan española, como la que más: aprendió a vestir la mantilla, insignia femenina hispana, y se volvió una princesa cercana a la gente, a tal forma, que su temple fue fundamental en el fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1980, cuando el monarca estuvo a punto de caer. Así lo narró el mismo Juan Carlos al aristócrata José Luís de Villalonga: “Aquella noche, doña Sofía fue el alma de la Zarzuela (el palacio); su calma y su serenidad causaron admiración, se ocupó de todo y de todos; siempre hago caso de las intuiciones de la Reina, porque además de ser intuitiva, es una mujer que reflexiona”.
domingo, 12 de julio de 2009
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